Estas son una ayuda en momentos de estrés, ansiedad, depresión u otras deficiencias de salud mental o física
Bogotá, febrero de 2024. - Los procesos educativos de estudiantes que requieren de una mascota para apoyo emocional, compromete a las instituciones educativas del nivel superior, a continuar ajustado sus condiciones administrativas y académicas para garantizar este acceso.Así lo han diagnosticado expertos en la materia, para que estos cambios
representen grandes retos de inclusión y faciliten el acceso a las aulas de
personas que cuentan con limitaciones de salud mentales o físicas.
Una población cada vez más creciente en Colombia es la de las personas
que requieren de una mascota de apoyo emocional, que pueden ser perros, gatos u
otros animales con un vínculo especial con sus dueños y que les brindan
consuelo y apoyo en momentos de estrés, ansiedad, depresión u otras
condiciones de salud mental.
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Carolina Jurado B. |
Frente a esta realidad, las instituciones han ajustado sus requisitos
administrativas y académicas para garantizar el acceso y la continuidad de los
procesos educativos de estos estudiantes. Carolina Jurado Bernal,
directora de Experiencia e Inclusión del Politécnico Grancolombiano, destaca
que las instituciones están progresivamente respondiendo a la necesidad de
adaptar sus procesos y modelos educativos; este esfuerzo se enfoca en satisfacer
las diversas necesidades de los estudiantes.
En Colombia, las mascotas de apoyo emocional no tienen el mismo estatus legal que los
perros de asistencia para personas con discapacidades físicas. Sin embargo, en
algunos espacios se permite su acceso en determinadas circunstancias. En el
ámbito educativo, la inclusión de estudiantes con mascotas de apoyo emocional
va más allá de permitir su presencia en el campus. Lamentablemente no existe
una norma que regule la presencia de estas mascotas en las instituciones de
educación superior.
El enfoque es garantizar la participación igualitaria de todas las
personas con necesidades educativas. Jurado explica que el objetivo es crear un
ambiente de respeto y sana convivencia donde todos los estudiantes,
independientemente de su condición, puedan acceder de manera igualitaria y
equitativa a los contextos educativos. Es importante resaltar que el uso de
estas mascotas no es un capricho, sino que responde a una necesidad real,
similar al uso de una silla de ruedas o un bastón para una persona con
discapacidad.
En este camino es necesaria la sensibilización y educación de la
comunidad universitaria sobre el rol de las mascotas de apoyo emocional en el
bienestar de la persona. Sin embargo, es importante reconocer que la situación
actual presenta desafíos, ya que algunos individuos están accediendo de manera
irresponsable a certificados de apoyo emocional. Esto ha llevado a una
banalización del concepto y al uso inapropiado de estos certificados, que en
muchos casos son falsos.
La historia de María Isabel Piñeres y su compañero
Lucas en las aulas de clase
María Isabel Piñeres
es una estudiante de Medellín que cursa séptimo semestre del pregrado de Diseño
Gráfico en el Politécnico Grancolombiano. Su día a día está marcado por la
compañía de Lucas, su fiel amigo y mascota de apoyo emocional. Dice la
estudiante: “A lo largo de mi vida me he enfrentado a desafíos de salud mental,
incluyendo ataques de pánico, estrés elevado y depresión. Lucas juega un papel
crucial al anticipar y responder a estos momentos difíciles. No es solo un
perro, es mi salvavidas”, en fatiza María Isabel.
Lucas la acompaña incondicionalmente y la ayuda a superar las
situaciones de angustia. Su compañía ha ayudado a María Isabel a superar
dificultades para socializar siendo más abierta con la gente, a controlar el
estrés durante el estudio y, lo que es más importante, a recuperar la
motivación para continuar su educación. “Viví un periodo en el que perdí el
ánimo para estudiar y, que la universidad me permitiera traerlo a clase, me
devolvió la luz que tenía cuando empecé la carrera y así logré continuar mis
estudios”, afirma la estudiante.
A pesar de las dudas iniciales sobre la aceptación de Lucas en la
institución, el Politécnico Grancolombiano ha brindado apoyo en cada etapa del
proceso, adaptándose a las necesidades y educando a docentes y compañeros sobre
la relevancia de las mascotas de apoyo emocional y la salud mental.
“Me sorprendió demasiado que uno de mis profesores, que inicialmente no
estaba familiarizado con el tema de los perros de servicio, dedicó tiempo a
investigar para ofrecernos las mejores condiciones dentro del aula, lo que para
mí refleja el compromiso del Poli hacia nosotros sus estudiantes”, cuenta María
Isabel.
¿Cómo fortalecer el ánimo a los estudiantes con una
mascota de apoyo emocional?
1. Las instituciones
deben establecer pólizas de responsabilidad civil que cubran cualquier
incidente relacionado con las mascotas de apoyo emocional dentro de las
instalaciones escolares. Esto garantiza una protección adecuada para todos los
miembros de la comunidad educativa y minimiza los riesgos asociados con la
presencia de animales en el campus.
2. Las políticas deben
exigir el cumplimiento estricto de los esquemas de vacunación y desparasitación
para todas las mascotas que ingresen a la institución. Esta medida no solo
protege la salud y seguridad de los estudiantes y el personal, sino que también
promueve el bienestar de las propias mascotas.
3. Las instituciones
deben establecer normas claras sobre la higiene de las mascotas, incluida la
limpieza regular, el control de olores y la disposición adecuada de desechos.
Esto contribuye a mantener un entorno limpio y saludable para todos los
miembros de la comunidad educativa y minimiza posibles molestias o
inconvenientes.
4. Se requiere que los
dueños de mascotas firmen compromisos claros que establezcan expectativas y
responsabilidades específicas con respecto al comportamiento y cuidado de sus
animales en el campus. Esto incluye acuerdos para garantizar que la presencia
del animal no interfiera con las actividades académicas o administrativas y que
se respeten las normas de convivencia dentro de la institución.
5. Las instituciones
deben promover la conciencia sobre la responsabilidad que implica acceder a los
diferentes espacios educativos en compañía de una mascota de apoyo emocional.
Esto puede lograrse a través de campañas de sensibilización y educación que
destaquen los derechos y necesidades, tanto de los estudiantes como de las
mascotas, fomentando así un ambiente de respeto mutuo y comprensión.
Fuente: Laura Ximena Orjuela
Jefe de Prensa
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